Los sistemas NO son una verdadera ventaja competitiva

Es muy probable que muchos no estén de acuerdo con el título de este artículo, ya que por años las empresas de desarrollo de software y profesionales del área han promovido (con buena intensión) que la incorporación de los sistemas dará ventajas competitivas y probablemente hará crecer a la empresa, pero en realidad, esta es una afirmación que ya no es del todo cierta

Pero... Yo he obtenido grandes ventajas con la incorporación de mis sistemas. ¿Por qué no obtendré verdadera ventaja competitiva?

Para comprenderlo, debemos analizar la evolución que sufren las empresas al crecer, cuando inician pasan por una primera etapa: “Crecimiento de la gestión de la información”, en la cual contratan a más trabajadores de la información con la finalidad de coordinar y organizar la creciente producción.

Luego, al notar el crecimiento de dichas tareas de control y administración se produce la segunda etapa: “Introducción de las tecnologías de información”, con lo que se incorporan aplicaciones para automatizar actividades de información. Dichas aplicaciones en muchos de los casos se implementan solo en algunas áreas específicas de manera aislada y principalmente para procesos operativos (tácticos), pero no estratégicos.

Al finalizar la empresa comienza a introducirse en una tercera etapa: “La transición a la economía de la información”, donde principalmente se trata de una etapa de integración, donde el objetivo fundamental es que la información fluya en las tres áreas normalmente separadas: “Oficina” (Procesos Administrativos) + “Producción” (Procesos Operativos) + “Exterior” (Proveedores, Clientes, etc).

En algunos países latinoamericanos aún puede haber empresas en la primera etapa, sin embargo la gran mayoría están en la segunda, por ello, decir que tener un sistema significa una ventaja competitiva, sería el equivalente a decir que tener una conexión a internet me brinda dicha ventaja con respecto a mis competidores.

Estamos muy claros que una conexión a internet me brinda grandes beneficios, pero no me hace mejor que mis competidores, ya que es muy probable que también cuenten con una conexión igual o mejor. Ahora, lo que si me brinda una verdadera ventaja es la forma como utilizo dicha conexión para hacer negocios, al igual que el internet, los sistema me pueden generar una ventaja competitiva en la medida de como estén integrados y pueda obtener conocimiento de ellos de manera ágil, ya que no solo se trata de disponer de la información, sino de hacerlo antes que mis competidores.

¿Como puedo obtener verdadera ventaja competitiva?

Existen 3 principales formas con las cuales tradicionalmente las empresas pueden conseguir ventajas competitivas:

1. Liderazgo de costes: Mediante la reducción de lo inútil o superfluo del proceso de producción y mediante la mejora o incremento de la productividad.
2. Diferenciación de los productos: Características únicas, más prestaciones.
3. Nicho de Mercado: Orientación a un sector muy concreto, con intenciones de exclusividad.

Por ello las tecnologías de la información se habían aplicado, exclusivamente, con el objeto de disminuir los costes y aumentar la productividad, generalmente a través de la automatización de tareas rutinarias (naturaleza táctica), de tal modo que el efecto sobre el resto de las estrategias era prácticamente despreciable. Ello conduce a la necesidad de descubrir nuevas estrategias basadas en la aplicación de las tecnologías de la información (naturaliza estratégica), debido a que la competitividad de las empresas depende cada vez menos de su habilidad para reducir costes o incrementar la productividad.

En la actualidad los activos invisibles constituyen los únicos factores que pueden reportar verdaderas ventajas competitivas por las siguientes características:

1. No se compran, se adquieren con esfuerzo a lo largo del tiempo.
2. Adquirirlos requiere tiempo.
3. Los activos invisibles pueden usarse simultáneamente de múltiples maneras.
4. Con forme son usados, aumentan de valor con el tiempo, justamente lo contrario de lo que sucede con los activos tangibles.

Cuanto mayor es la habilidad de las empresas u organizaciones para manejar los flujos de información, más poderosos son los activos invisibles que se basan en ellos. Así, por ejemplo, el desarrollo de activos invisibles, como la capacidad de respuesta a las necesidades del mercado o a la adquisición de habilidades tecnológicas, depende de un adecuado flujo de información desde el entorno a la empresa. Por otra parte, en una sociedad caracterizada por un uso intensivo de la información, toda organización que quiera sobrevivir debe esforzarse en emitir hacia su entorno un mensaje diferenciado que le permita ser claramente distinguible por parte de los consumidores.

En definitiva, activos intangibles tales como: la capacidad de aprender, la capacidad de asimilar y crear tecnología, la capacidad de proyectar una imagen de marca, la capacidad de conseguir una clientela fiel, etc. Son en la actualidad las únicas fuentes reales de ventaja competitiva, de modo que las organizaciones deben velar por la excelencia en la obtención, manejo y proyección de información, debido a que los flujos de información son el nutriente de los citados activos intangibles.

El reto de las organizaciones ya no está en la optimización de la gestión de la información operacional (la generada por el funcionamiento diario), sino en la "explotación de los conocimientos residentes en la empresa o en su entorno"